La Paz de Westfalia
(1648) pone fin a la guerra de los 30 años o guerra de religión. Trata de una
sucesión de batallas para intentar reducir la influencia de la iglesia en el
ejercicio del poder en los estados soberanos de comienzos del siglo XVII. Se
pone fin a la autoridad religiosa y se consolidan los poderes civiles. Con el
poder civil se generaliza la nación y se asume el concepto de integridad
territorial de los estados como fundamento fundamental de la soberanía
nacional. Esta soberanía y la defensa de la integridad del estado se basa en
dos principios: la igualdad ante el derecho, independientemente del poder y
riqueza del estado, y el concepto de soberanía como independencia absoluta para
hacer, dentro de sus fronteras, lo que considere adecuado el soberano.
Muchas de las
ciudades-estado griegas fueron incorporadas al imperio romano. El imperio
ocupaba todo el Mediterráneo, norte de África, Oriente Medio… Los romanos,
aparte de proporcionarnos e inventar muchos términos fundamentales para
describir buena parte de las RRII, crean una forma de gobierno nueva para el
control de los pueblos conquistado: tienen un idioma común (latín) y crean una
ciudadanía con unos derechos o privilegios que les diferencian del resto de los
habitantes sometidos al imperio. También logran mantener durante siglos el
dominio conseguido a través de la fuerza y a través del poder blando y suave de
la atracción cultural e ideológica, y permitiendo una gran autonomía.
Filósofos romanos:
Cicerón. Entre sus obras, hay una que es una teoría de cómo organizar mejor un
imperio. El poder se descentraliza en Europa y se difuminan las fronteras. El
continente se convierte en un espacio abierto, sin fronteras, por el que se
puede mover cualquiera, incluso el comercio. Restos del imperio romano: en el
año 1000 habían surgido tres civilizaciones: árabe, gobernada por el califato;
bizantina, con sede en Turquía; y la tercera, en el resto de Europa, con
diferentes idiomas y culturas, el sistema feudal, con predominio de la
iglesia.
El monopolio del
poder eclesiástico en esta parte de Europa (Europa feudal) es sometido a un
primer desafío en los siglos VIII-IX por parte del líder de los francos, Carlos
Magno (primer europeo que intenta unir Europa de forma militar, enfrentándose
al imperio Constantino). El papa le manda emperador de un imperio virtual.
Carlo Magno intenta imponerse al Vaticano e independizarse e inicia una serie
de transformaciones institucionales y jurídicas dentro del imperio, pero tiene
que transcurrir 8 siglos hasta que esa ruptura (Paz de Westfalia) se logre
definitivamente. En ese Europa feudal, a partir del año 1000 aumenta el
comercio, se intensifican las comunicaciones y hay una mejora en el mundo agrario.
Esto aumenta el PIB y mejora la vida de los campesinos; pero sigue sin haber
una clase burguesa media que no necesite de la iglesia y que disponga de medios
para difundir la cultura a margen del Vaticano. Humanismo renacentista: la
historia y cultura del imperio romano y griego nos dan varias de las teorías
políticas más importantes (Maquiavelo). También rompen con la estructura
medieval.
Este proceso de
independencia de los centros comerciales permite financiar las aventuras
coloniales que cambiaron el mundo (Siglo XV-XVI). Aparecen regímenes
financieros independientes y grandes exploraciones españolas y portuguesas
parten de la iniciativa de esos regímenes. Origen del capitalismo: surgen las
principales instituciones bancarias de los siglos XVI y XVII.
Los dirigentes
asumen el concepto de soberanía. Todos se comprometen a dejar de luchar en
defensa de la religión, sea protestante o católica. Cada monarca recibe
libertad para declarar su sistema preferido del cristianismo. Se abandonan los
ejércitos mercenarios y aparecen los regionales. Nace el gobierno centralista
que conocemos hasta nuestros días. Un grupo reducido de estados, entre cuatro y
siete (va variando): Rusia, Austria, Prusia, Inglaterra, Francia, Bélgica y
Holanda forman una especia de núcleo directivo en Europa que va a mantener la
estabilidad y la paz tal y como la hemos conocido durante tres siglos. No era
una paz absoluta, pero no hubo ninguna guerra destructiva. Las claves son
complicadas: había unos tratados que respetaban y sistemas de alianzas que
funcionaba.
El teórico más
importante fue un escocés: Adam Smith. Propone extender a todos los ámbitos de
la vida el concepto de mercado: sistema de intercambios, producción y
distribución de la riqueza basado en la libertad del individuo para defender
sus intereses, sin controles desde arriba. Asumiendo que de esa libertad
siempre va a surgir el mínimo común denominador más favorable para el
conjunto.
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